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Foto del escritorAlma Mínguez Herrera

El camino te espera, justo delante de ti. ¿Vamos?



Un camino se abre a tus pies. Si te fijas, comienza desde el punto en el que te encuentras y se extiende hasta la inmensidad. ¿Hasta dónde?…nadie podría asegurarlo. Nada más alejarse de ti, la senda se vuelve sinuosa y se divide en cientos de bifurcaciones.


Como sucede en un río, sus afluentes serpentean caprichosos y se internan en los más variados paisajes, en los páramos más inesperados, en ciudades desconocidas y fascinantes, en abruptas simas y desfiladeros. El trinar de sus aguas se aferra a la tierra pero anhela el cielo, ese enorme cielo que se levanta majestuoso sobre el camino, trayendo brisa, viento, vendaval y tornado. Ese cielo que deja pasar la luz del sol e ilumina el horizonte portando esperanza para cada paso que das, alejándote de tu hogar y de tus raíces.


Si te animas a adentrarte más, quizás descubras ese recodo oscuro o ese paso infranqueable que te lo pone difícil. Tal vez te topes con la guarida de un ogro, o con la casa de un alquimista de bosque. Puede que debas descansar al raso, o soportar la lluvia incesante de un aguacero. Lo que es seguro es que encontrarás amigos; personas, que como tú, se dieron cuenta de que existía un camino bajo sus pies, y decidieron explorarlo.


Porque un mundo entero fue colocado solamente para ti. No llegaste aquí amarrado a la piedra ni a la tierra. Tus pies no se clavan en el suelo y extienden raíces, sino que están hechos para andar, para correr y para saltar. Tu peso es liviano para que puedas moverte, y sufre cuando lo dejas reposando demasiado tiempo. Tu mente se apoca y se confunde, se desvanece cuando no le ofreces nuevas experiencias, nuevos caminos y retos. Por contra, revitaliza, florece y se nutre cuando decides salir de tu espacio, viajar a lugares cercanos o lejanos y enfrentarte a lo desconocido.


Seamos claros, la inmensidad no surgió para ser olvidada. Surgió para ser hollada, amada y aun mordida. Para dar alas a tu espíritu y fuerza a tu corazón. Para fortalecer tus músculos y tus huesos. Para darle océanos de imaginación a tu mente curiosa y juguetona.

Un camino se abre a tus pies. ¿Vas a seguir sentado?

A.M.Herrera


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